Teniendo en cuenta los principios y valores éticos señalados lucharemos por alcanzar los siguientes objetivos:

a. Consolidar una región más humana y ecocéntrica, donde las políticas públicas defiendan los intereses comunes de la persona humana y no de los grupos económicos, así como se le reconozca a la naturaleza como sujeto de derecho, protección y no siga siendo tratado solamente como objeto de explotación.

 

b. Propiciar la unidad de los liberteños y liberteñas en torno a propósitos comunes de interés general que deben expresarse en una agenda regional con el anhelo de participar en todo movimiento que nos conduzca a la transformación económica, moral y cultural de la región y el país.

 

c. Construir un gobierno regional íntegro, donde la ética sea un elemento esencial en la toma de decisiones, y contemos con funcionarios e instituciones transparentes y libres de corrupción.

 

d. Promover una región democrática y equitativa, donde se luche contra todo atisbo de discriminación y racismo. Donde las nuevas generaciones de jóvenes tengan la oportunidad de participar en nuestra vida política.

 

e. Respetar y defender los derechos de la mujer, la comunidad LGTBIQ+ y los pueblos indígenas y originarios, como son las rondas campesinas, comunidades campesinas y grupos sociales diversos vulnerables y excluidos.

 

f. Propugnar que el régimen democrático se afiance y consolide a través de la institucionalidad de partidos y movimientos políticos y del ejercicio de una decencia y docencia cívico-política permanente.

 

g. Luchar contra el sistema patriarcal imperante y contra toda forma de violencia hacia las mujeres incluidas las suscitadas al desempeñar su rol político.

 

h. Promover y construir instituciones socialistas comunitarias como el trabajo comunitario (minka y/o república) y la autogestión cooperativa que son parte de las tradiciones comunitarias de la cultura peruana y regional.